viernes, 10 de febrero de 2012

la paz del SILENCIO en los Galayos...

Los tiempos cambian y las estaciones pierden su estructura; Hemos subido sin divisar ni una sola mancha de nieve, las botas crampones y de mas artillería, se quedaran en el maletero del coche, en esta ocasión no nos serán útiles, a pesar de ser 30 de diciembre.
Subo en un pensamiento profundo, de nostalgia y múltiples recuerdos, por lo vivido en estas montañas en tiempos pasados .El silencio es casi ruidoso, con una intensidad que ayuda a la reflexión personal. A medio camino el silencio se irrumpe con una respiración más acelerada y fuerte, que si fuera ciego y no pudiera ver donde estoy, denotaría de igual modo el inicio de la apretura, donde el camino pierde en longitud y gana en desnivel.
En unos minutos más llego al pequeño hogar, que ganas ya tenía…! Abro la puerta de fuera y mi sorpresa o más bien decepción, por ver dos bolsas de basura, bien colocadas y anudadas, solo faltaba bajarlas. Intento no pensar mal, será el típico olvido, pero es curioso que es lo que siempre “los guarros e ignorantes se dejan en el olvido en sitios como este. No permito que este sentimiento de cierto dolor me embriague, y aislándolo vuelvo a mi profundo pensamiento de los varios recuerdos que he podido vivir este año. Más de seis meses subiendo y bajado, conviviendo con apasionados de estas montañas, aprendiendo de los mayores, esas personas con la voz de la experiencia, veladas inolvidables y muchas horas de cuerda y cumbres mágicas.
Llego a la puerta de dentro del refugio, meto la llave, y con la sensación de cuando vas a desvelar algo nuevo o más bien algo que has escondido durante tiempo y con muchas ganas desentierras esa caja, que de pequeño enterraste con objetos de un valor especial, igual yo abrí la puerta, que me dio paso al espacio en el que tantas horas he pasado. Parte cocina, parte comedor, parte salón, parte almacén, parte oficina…todo en no más de ocho metros cuadrados, aprovechando cada milímetro de espacio, como si en un camarote de un barco me encontrara.
Todo sigue igual de acogedor. Me abrigo y rápido y ordenadamente voy gestionando los que aceres típicos, de una casa que lleva tiempo cerrada: doy paso al agua, comprobando que las tuberías no se han congelado, compruebo el gas, pongo puesta a punto la estufa, que lentamente lucha por aumentar los grados en el pequeño habitáculo, y aumente paulatinamente su confort. Aun falta algo…., para sentir la armonía, ya suena el” wish you were here”, de Pink Floyd, eso era lo que faltaba! Cuantas noches lo habré escuchado solo y en compañía de Gon, Santi y Cesar, una costumbre , de esas que nunca quieres que cambien, se les echa de menos…aun estoy solo en el refugio, pongo té a calentar en la estufa, para aprovechar las fuentes de energía y consumir lo mínimo, ya que todo lo que está aquí hay que subirlo, por lo que hay que aprovechar todo. Unas velas e incienso, para que cuando llegue mi compañero que viene cargado como una mula, ya que lleva mis cosas y las suyas, Tenga un buen recibimiento que se lo ha ganado con creces.
Cenamos a gusto y tranquilos, teniendo una velada relajada y con mucha paz en el ambiente.
A la mañana siguiente, día 31 de diciembre y ultimo día del año, con un sol resplandeciente, nos dispusimos a despedir el año con una buena escalada en el Capuchino. Que pasada poder escalar solos en tal paraje. La vía elegida, fue “Profesor Cojonciano” escalamos toda la vía, menos el ultimo que ya es fácil, y por evitar subir hasta la cumbre, y perder tiempo ya que se nos iba a hacer tarde , decidimos rapelar cómodamente hasta la base de la pared.
Recogimos y para el refugio que ya nos estarían esperando nuestros amigos, para despedir juntos, el año.
Magnifica noche de colores, risas y desinhibición…, para el día siguiente escalar con los amigos. Empezamos el año escalando el Gran Galayo por la vía Chamonix, justo a la derecha de la conocida y bonita Malagón, menos evidente que esta y algo más difícil, siguiendo un sistema de placas. Lo Más emotivo de todo fue hacer cordada con el Lines mi buen amigo que se estreno en el arte de la autoprotección en este mismo escenario hace ya unos años y del que yo fui testigo siendo su compañero y con mi Hermano Marcos al que me encanto verle escalar y lidiar con el abismo, recordando aquellas aventuras que totalmente novedosas afrontábamos con desconocimiento e ignorancia del peligro…éramos niños de 13 y 15 años que buscábamos lo desconocido, sin un guía que nos indicara los posibles errores. Otros escalaron en la María luisa y el resto a la maravillosa contemplación…





Contemplando en una gran armonia en la puerta del Refugio.






Primer dia del año 2012...






PROFESOR COJONCIANO 7b+ 150m





Obra de Gabriel Martin y Alberto Sepúlveda.
El primer largo se le graduó de 6b y será 6c por un paso justo en el primer spit a bloque, de ahí va en diagonal hacia la izquierda donde usaremos dos espit más y alguna cosa más que podamos meter pero poco. Reunión montada en la repisa, desde aquí también se acceder al primer largo de Mustang 8a (de Alberto Sepúlveda y Jorge Couceiro), de frente y a la izquierda siguiendo los parabolt. profesor... sale a la derecha por una vira en busca de una blanca bavaresa , vertical. Recomendable no meter seguros en esta pequeña travesía fácil, sobre todo porque si vamos en libre, arriba nos rozara mucho y el largo se convertirá en más duro. La bavaresa es atlética y se protege bien hasta que se ciega y nos tenemos que dar unos pasos desde un alíen abandonado sin meter nada , por una especie de espoloncillo, hasta un clavo con cordinos a la altura del techo Si seguimos este clavo para arriba seguiríamos la vía original de” las Marías”, de Francisco Murcia y Ramón Ladra. Profesor..., va por todo el techo yosemítico a la derecha, donde encontraremos las mayores dificultades, con unos pasos finos sobre pies malos, con paso de decisión para coger un invertido más o menos bueno, bajo el techo. En este tramo de techo cuenta con 2 spits , en unos metros más en vertical llegaremos a la reunión montada. El tercer largo será 6b/6b+ de fisura rara y algo sucia, siendo un largo muy bueno, el resto de la vía es más llevadera.




Croquis de Gabriel Martin.


















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