Con el paso el tiempo y a veces sin darnos cuenta las cosas cambian sin alertar nuestra atención, más que cuando recordamos y añoramos nuestro pasado por cualquier estimulo que nos lleve a ello…
Unos días antes de cambiar de año me veo sumergido, en una pequeña aventura de las que hacía tiempo que no vivía, progreso como un indio observando cuanto tengo a mi alrededor , no estamos preparados, para progresar por este medio con la comodidad y seguridad necesarias, el material no es adecuado , ya que solo disponemos de unas deportivas y no tenemos ni crampones ni piolet , pero con cuidado y conociendo el comportamiento del hielo y la nieve logro llegar a una repisa dentro de la fría y sombría canal . Desde aquí aseguro a Samuel que todo esto es nuevo para él, ya que siempre su aliciente y motivación han sido APRETAR en la roca seca, desde que se inició en esto de las aventuras verticales. Para mí es un estímulo que me hace recordar con anhelo y agudizar los sentidos. Desde esta repisa comienza una vía desconocida para mí, que tenía apuntada en mi mente, como pendiente. Seguramente habríamos subido más cómodos en verano con todo seco y buena temperatura, pero a veces es necesario salir de lo sencillo y confortable he ir en busca de nuestros límites e intensidad…
Con mucho frió en las manos y pies comienzo el largo con cierto agarrotamiento físico y psíquico, no sin antes limpiarme los gatos de la nieve , con mucho cuidado voy progresando por la vertical placa que aparentemente parecía estar limpia, pero poco a poco según progreso, me voy encontrando con zonas de hielo donde me limita poner los pies y en las pequeñas regletas y garbanzos para manos intento quitarlo con los dedos o con un mosquetón, en equilibrio a la vez que sujeto todo mi cuerpo con el apoyo de los pies y cerrando un garbanzo a muerte con la única sensación de entumecimiento de los dedos que diluye la información real de lo que estoy agarrando, La progresión poco a poco empieza a ser familiar y es donde empiezo a recordar viejas escaladas invernales, donde subíamos por donde fuera con el tiempo que Hiciera. Poco a poco voy sintiéndome más cómodo pero sin bajar la guardia, tengo que ir concentrado en cada movimiento, los pies en ocasiones me veo obligado a apoyarlos en pequeñas zonas con hielo que resbalan y tengo que aguantar la tracción del resbalón con las heladas puntas de mis dedos. Me doy reiterativamente golpes en la pantorrilla con las manos para procurar calentarla, pero no lo consigo hasta que llego al "confort" de la reunión y empiezan a picarme las llemas de los veinte dedos que tengo. , Pero no sin antes hacer unos pasos más “fáciles,”que por la morfología de la roca se había acumulado más nieve y hielo en esta parte del largo, en lo que en verano vas corriendo en invierno con estas condiciones es un rompe cabezas para poder avanzar unos centímetros sin precipitarte al vacío oscuro y frio de la canal, Encadenar en dichas condiciones fue una lucha con el dunde que me susurraba: bajate ...agarrate a ese seguro... hace mucho frio...pero en esta ocasion no pudo.Creo ,pero a lo mejor me equivoco es una sensación común para el escalador, el luchar aún más por no caerte cundo hace frio o escalas de noche….
En un largo más sin muchas dificultades llegamos a la cumbre de la aguja Peñalara, desde donde bajamos con cuidado por la nieve, para escalar la vía del 44 de Gabriel Martin, que sube a la Don Servando. El primer largo también de placa pero en esta ocasión por estar más alto y con más horas de incidencia del sol estaba en unas condiciones óptimas, pero no por ello nos quitamos los plumas para escalar. Corto pero estético e intenso largo protegido por un spit del 10, que llegaremos a chaparlo desde una laja espanding, un alien rojo en la fisura diagonal a cañón y un clavo más arriba nos protegerán la sección clave de la que tendremos que tirar de unos pequeños garbanzos, Toda nuestra aventura acaba con un vuelo que Samu al impactar dobla su tobillo y sin más quejas del recio, bajamos como podemos por la canal helada y ya de noche y sin frontal, toda una experiencia que suplimos estas carencias con mayor seguridad y atención para llegar al refugio sin más problemas que el esguince de 3º grado. Lo que le obliga en unos días más tarde a experimentar una bonita y aérea bajada en helicóptero, Esperamos una pronta recuperación para seguir encaramándonos juntos por otras paredes
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Samu en la vertical y helada placa del 1º largo de Superlola, |
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Saliendo del primer largo, menos vertical pero más nieve y hielo había |
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Por fin el sol se descubrió tras el torreón |
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Preparándonos en la helada canal |
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en el primer largo de la vía del 44, |
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Combinacion de superlola con la via del 44, predominando la escalada de placa |
Unos días de reflexión y descanso con los amigos y alguna otra escalada de menos intensidad nos desinhiben de lo mundano y nos alejan de los problemas que nos aguardan y esperan en el valle a nuestra vuelta…
Feliz año aventureros…!!!!